En el mundo de la tecnología de las baterías, en rápida evolución, es fundamental mantenerse al día de las últimas normativas de transporte y seguridad. Las baterías de litio, en particular, se han convertido en un componente integral de diversos dispositivos, desde teléfonos inteligentes hasta vehículos eléctricos. Sin embargo, su potencial de fuga térmica y de riesgo de incendio hace necesaria una normativa estricta para su transporte. Este artículo profundiza en las últimas actualizaciones de la normativa sobre transporte de baterías y en la importancia de la prueba de caída UN38.3 / 1.2M.
Actualización de la normativa sobre transporte de baterías
Desde que tengo conocimiento, en septiembre de 2021, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) y el Código Marítimo Internacional de Mercancías Peligrosas (IMDG) son los principales organismos reguladores del transporte aéreo y marítimo de baterías de litio, respectivamente. Estas organizaciones actualizan periódicamente sus normativas para mejorar la seguridad durante el transporte.
Uno de los cambios significativos recientes ha sido el requisito de que las baterías de litio se envíen con un estado de carga (SoC) no superior a 30% cuando se transporten por vía aérea (Reglamentación sobre mercancías peligrosas de la IATA). Esta norma pretende minimizar el riesgo de fuga térmica durante el transporte aéreo.
Además, la enmienda 40-20 del Código IMDG, en vigor desde junio de 2022, introdujo nuevas disposiciones para el transporte de baterías de litio dañadas o defectuosas para su eliminación o reciclaje. Estas baterías deben embalarse en embalajes de salvamento y está prohibido transportarlas en una unidad de transporte de carga en un buque de pasajeros.
Comprensión de la prueba de caída UN38.3 / 1.2M
La norma UN38.3, desarrollada por las Naciones Unidas, es un conjunto de pruebas reconocidas mundialmente para el transporte seguro de baterías de litio. Estas pruebas abarcan diversos aspectos, como la simulación de altitud, la prueba térmica, la prueba de vibración, la prueba de choque, la prueba de cortocircuito externo, la prueba de impacto/aplastamiento, la prueba de sobrecarga y la prueba de descarga forzada.
Entre ellas, destaca la prueba de caída de 1,2 metros. Esta prueba está diseñada para simular las condiciones que podrían darse durante el transporte y la manipulación. La batería o el pack de baterías se deja caer sobre una superficie dura desde una altura aproximada de 1,2 metros. Cada una de las seis caras de la batería se somete a la prueba de caída.
Superar la prueba de caída de 1,2 metros demuestra la robustez de la batería y su resistencia a los impactos. Una batería que resiste esta prueba tiene menos probabilidades de dañarse durante el transporte, lo que reduce el riesgo de incidentes peligrosos.
La importancia del cumplimiento
El cumplimiento de las últimas normativas de transporte y seguridad, como la UN38.3, no es sólo un requisito legal, sino también una cuestión de seguridad pública. Las baterías de litio que se manipulan o transportan de forma inadecuada pueden plantear riesgos importantes, como incendios difíciles de extinguir.
Además, demostrar el cumplimiento de estos reglamentos y normas también puede ser beneficioso desde el punto de vista empresarial. Puede mejorar la reputación de seguridad y calidad de una empresa, y también puede evitar los posibles costes y trastornos asociados al incumplimiento de la normativa.
En conclusión, a medida que aumente el uso de las baterías de litio, será cada vez más importante conocer y cumplir las últimas normativas de transporte y seguridad. Manteniéndose informadas y proactivas, las empresas pueden garantizar el transporte seguro de sus productos, proteger la seguridad pública y navegar por el panorama normativo con eficacia.